lunes, 9 de octubre de 2017

Los celos infantiles

Hay días en los que los papás que tienen más de un hijo se sienten preocupados porque el nacimiento de un nuevo hermano suele conllevar la llegada de los celos, también.
El que el hermano mayor sienta celos podemos considerarlo, en cierto sentido, normal. El niño o la niña que había sido el rey de la casa hasta el momento, ve como ese reinado se ve amenazado con la llegada de un nuevo miembro a la familia. Este nuevo miembro necesita inicialmente muchos cuidados físicos que no le restan cariño de sus padres; pero claro, el tiempo ya no es exclusivo para uno solo. Si esto además coincide con la llegada al cole, la mezcla es explosiva y las reacciones que refiero a continuación pueden ser más bruscas.
Estos celos tienen diversas formas de manifestarse: rabietas, regresiones a etapas anteriores, inapetencia lloros, romper objetos,...
¿Qué pasa en el caso de los pequeños? ¿No tienen derecho a tener celos? Pues sí, y vaya si los tienen aunque las motivaciones y la expresión de los mismos suele ser diferente. Las motivaciones vienen dadas cuando el hermano pequeño se da cuenta que su hermano mayor puede hacer muchas más "cosas chulas", lo que suele coincidir con ese momento en el que dejan de ser bebés y los adultos les exigen que su nivel de autonomía evolucione: comer solo, ir andando sin el carrito, concluir la escuela infantil y empezar el cole,...
¿Cómo se manifiestan? Normalmente, retando al adulto, con rabietas, cogiendo y rompiendo juguetes al hermano, retando al hermano constantemente, así como intentando interferir en sus actividades, es decir, intentando o bien que al hermano mayor se le agote la paciencia, o bien que el adulto regañe al mayor.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA EVITARLO?
Entendiendo que cada tiempo pueden aparecer explosiones periódicas por uno u otro lado, hay una serie de pautas que podemos considerar y aplicar con nuestros hijos:
1. Fijar días especiales en los que cada uno sienta que hay un tiempo individual para él con uno de los progenitores y que ninguno de los dos le ha restado atención. Por ejemplo, tardes de papá e hija, tardes de chicas, tardes de chicos o tardes de mamá e hijo, en las que se busca hacer una actividad que resulte motivadora para uno de los hijos, sin que el otro pueda interferir: cine, merienda, teatro,... Esta suele resultar adecuada con la llegada de un nuevo hermano.
2. Buscar cuentos relacionados con el tema que hagan ver a unos y a otros lo especiales e indispensables que resultan para sus papás, es decir, que refuerzan el vínculo de apego entre la familia: Miamor, Tú y yo, ¿Me quieres o no me quieres?, Adivina cuánto te quiero, Ana no quiere crecer, César dinosaurio, ¿Quién ha robado mi trono?, El mediano, Zaza quiere un hermanito...
3. No permitir ningún tipo de abuso por una u otra parte, mediando en las discusiones cuando los niños no sean capaces de gestionar la situación por sí mismo.
4. No comparar. Cada persona es diferente y de diferente manera reacciona ante las mismas situaciones.
5. Fomentar actitudes cooperativas y no competitivas entre hermanos que fomenten la autoconfianza de cada uno de ellos a nivel individual.
6. Respetar el espacio individual de juego de cada niño.

Podéis encontrar más información en el blog de Orientapeques: La rivalidad entre hermanos (parte 1) y la rivalidad entre hermanos (parte 2, 20 consejos).

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