El día a día de los niños está lleno de pequeñas aventuras que les hacen crecer. ¿Cómo podemos ayudarlos? Dotándoles de oportunidades que les permitan evolucionar y mejorar tanto su nivel de autonomía como su autoestima.
Debemos ser conscientes que tanto la familia como la escuela como principales núcleos de socialización somos modelos para el niño. La coordinación entre ambos, por tanto, resulta fundamental.
En el plano de la autoestima, algunas cosas a considerar son:
1.- Es importante tener un tiempo específico para estar con el niño teniendo en cuenta que cada persona es diferente y dedicándonos a sus intereses: juegos, dibujos,...
2.- Educar desde la disciplina positiva, que facilita la comunicación y evita hacer un exceso negativo del 'NO'.
3.- A los niños les gusta asumir pequeñas responsabilidades que le hacen sentirse mayor y muy útil: cocinar con ellos a su nivel, poner la mesa, guardar sus objetos personales, etc. pueden ser un buen punto de partida.
4.- Ofrecer opciones, dejarles tiempo para pensar y tomar decisiones.
5.- Evitar etiquetas que encasillen al niño: bueno, listo, torpe, malo,... juzgan al niño; debemos juzgar su comportamiento, en todo caso.
6.- Establecer pocos límites pero claros y coherentes asociándolos a sus consecuencias.
7.- Ofrecer explicaciones claras y sencillas que permitan que el niño afronte situaciones de manera autónoma e incrementen su seguridad.
8.- Sobreproteger a un niño no le ayuda. Fomenta sus miedos e inseguridades y, por lo tanto, merma su autoestima.
9.- Establecer rutinas que proporcionen seguridad al niño ya que le dan la capacidad de anticipar.
10.- Si el niño no desea hacer algo, evitar el conflicto y ofrecerle una salida que le haga sentirse acompañado y que le dote de oportunidades para resolver la situación de forma autónoma.
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