"QUIERO QUE SEA NORMAL". EL DON DE LA EMPATÍA.

Un día, hace ya mucho tiempo, hablé con una madre que estaba preocupada por su pequeño. "Solo quiero que sea normal", sentenció.

-¿Normal? ¿Pero no te das cuenta que tu hijo es como tiene que ser? - le dije con tranquilidad.

-No me entiendes,... yo quiero que sea como los demás- dijo al borde de las lágrimas...

En ese momento a una maestra se le cruzan muchas cosas, porque una también es madre y porque no somos de hielo. Y claro, cuesta seguir hablando y, encima mantener la objetividad.

-Porque te entiendo te digo que tu hijo es exactamente como tiene que ser, ni más ni menos. Escucha, yo sé que no es fácil, pero tú debes aceptar que su "normalidad" es exactamente eso, ser como es, y no como a ti te gustaría que fuera. Yo lo acepto y actúo conforme es y tú debes asumir que la mayor ayuda que puedes darle, es hacerle sentir acompañado y no esperar que sea alguien que nunca será...

Ella me miró y sonrió. Me abrazó y me dijo: "Gracias. Haces fácil lo difícil".

Ser maestra también es esto... desarrollar el don de la EMPATÍA, con los niños y con sus familias también. La escuela y la familia deben ser una prolongación y apoyarse mutuamente.

Y porque soy madre y este año nos estamos enfrentando a cambios que unas veces son más fáciles que otras tengo que decirles a las profes de Amor Inmenso: "GRACIAS. Nos estamos sintiendo acompañados todo este tiempo. Vuelvo a ver el brillo en los ojos de mi Perseida porque dejan que sea exactamente como es. Eso me facilita mostrarle todas las oportunidades y personas que están en este inesperado y maravilloso viaje que es la VIDA".