lunes, 5 de marzo de 2018

Se acerca el día del Padre... Una sugerencia,... ¿Por qué no regalar un cuento?


Cuando un niño cambia a su padre por peces de colores no se imagina las consecuencias y las complicaciones que tendrá. Al fin y al cabo no es el único que puede intercambiar sus cosas y, cuando su madre le dice que tiene que traer a su padre de vuelta a casa, es más fácil decirlo que hacerlo. Su padre había ido pasando de las manos de un niño a otro por toda la ciudad y tendría que pasar hasta el último canje para recuperarlo.
Con un epílogo de Neil Gaiman (uno de mis autores infantiles favoritos) sobre el origen de esta divertida y singular historia. El escritor cuenta que la idea surgió a consecuencia de una discusión con su hijo: "Mi hijo, que se llama Michael o Mike ahora, pero que entonces era Mickey, estaba enfado conmigo. Yo había dicho una de esas cosas que dicen los padres, como '¿No es hora de que estés ya acostado?' y él me había mirado, furioso, y me había dicho: '¡Ójala no tuviese padre! ¡Ójala tuviese...!', y entonces se detuvo y pensó, intentando encontrar algo que se pudiera tener en vez de un padre. Finalmente dijo: '¡Ójala tuviese un pez de colores!' Y se fue a la cama dando grandes zancadas. La idea me dejó pasmado. Claro que uno debería cambiar a su padre por unos peces de colores. Parecía algo muy sensato.
Esta historia hará las delicias y sacará las sonrisas a padres e hijos... ¿Y por qué no un cuento...?

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