Estos últimos días de vacaciones suponen una vuelta a las rutinas habituales. Para nosotros y para los pequeños. Poco a poco nos vamos habituando a acostarnos más temprano porque sino los madrugones se nos harán muy duros al volver al cole, a cuidar más la alimentación, etc.
El irse habituando paulatinamente a la vuelta a la normalidad es una obligación, pero también una necesidad... Una necesidad de marcar ritmos para evitar cansancio, fatiga, nerviosismo, etc. Y, ¿cómo ayudamos a los pequeños? Aquí van unas sencillas pautas:
1. Adaptarse de forma progresiva al horario escolar para que las cosas cotidianas (levantarse, desayunar, vestirse, etc.) no nos supongan un esfuerzo a la hora de volver al cole.
2. Cumplir los horarios, incluso los fines de semana. La rutina tranquiliza y en estos primeros momentos, aunque suponga un sacrificio, hay que ser constante.
3. Preparar con los pequeños la vuelta al cole: libros, ropa, etc.
4. Hablarles de forma positiva del colegio haciendo hincapié en aspectos como el reencuentro con los amigos, con los profes, salidas, etc. y escuchar sus demandas: miedos o temores, inquietudes, necesidades,...
5. Realizar actividades físicas e ir reduciendo el consumo de televisión. Nos servirá como herramienta para canalizar los temores e inquietudes.
6. Mostrar tranquilidad sin transmitir nuestra propia ansiedad.
"¿Cuántas veces habré atravesado la puerta de 'mi cole'?" |
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