sábado, 30 de septiembre de 2017

EL PERIODO DE ADAPTACIÓN

Dice la ley que el periodo de adaptación a la escuela se realizará en un máximo de una semana... ¿Es esto realista? Yo diría que no. El cole supone un espacio nuevo y enorme en el que algunos niños se separarán por primera vez de lo que hasta ahora ha sido su principal grupo social de referencia, la familia.
Yo creo que la adaptación del niño a la escuela supone un tiempo bastante más largo en el que niño empezará a vivir e interiorizar los ritmos de la escuela.
Porque ya llevamos unos días de clase es que os cuento ahora como está siendo la adaptación en mi aula. Hemos usado este tiempo del mes de septiembre para conocernos un poco, ver cómo son nuestra clase, nuestro patio, la gente del cole... Las tutoras hemos sido el principal referente para los grupos, pero también hemos tenido la ayuda de otras personas. Yo quiero valorar aquí el saber hacer de Isabel y Ana que han estado ahí todo el tiempo y que han valorado, en qué momentos especialmente, necesitábamos más su ayuda. Y dar las gracias a Sabrina de 4 años por su permanente sonrisa y a Ángeles de 5 años que con sus chicos (los mayores del pabellón, pero aún pequeños) ha colaborado a la hora de ceder el paso a los pequeños y decirles que los cuiden.
Empezamos jugando todo el tiempo (ya que solo veníamos un ratito) y a aprender las primeras rutinas: sentarnos en el corrito, hablar por turnos (que somos muchos), hacer la filita... Y al principio, ni desayuno traíamos. Hubo lloros, risas, abrazos,... sobre todo la compañía que necesitábamos para ir adquiriendo un poquito de seguridad.
Después, de repente, un día nos juntamos todos y empezamos a jugar... Algunos habíamos estado juntos en la escuela infantil, otros nunca habíamos venido al cole... Y ese día hubo de todo, porque se nos hizo un poquito largo.
Luego ya poco a poco dejamos de jugar al principio y nuestra rutina pasó a ser colocar el desayuno y las cosas que traíamos, y sentarnos en el corrito a cantar, escuchar historias, contarnos alguna cosita (yo también, que me gusta hablar). Y luego ya sí, a los rincones a jugar (a la cocinita, construcciones, plastilina,...), pero sin concentrarnos todos en el mismo sitio y sin empujones... Cuando recogemos buscamos una silla y, por mesas, vamos al baño. Al volver cogemos la taza y Yolanda nos da nuestra bolsa con el desayuno y, si es necesario, Ana o ella, nos ayudan a abrirlo. Después de dejar muy bien la silla y la taza, vemos las aventuras de unos personajes que nos van a acompañar a lo largo de este curso (Ben y Holly) y enseguida, al patio. Hasta ahora nos hemos quedado un poquito más porque el tiempo aún se nos hace largo. Al entrar juegos musicales, rítmicos y cuento. Recogemos y ya a casa o al comedor, que ya casi, casi, podemos ver a los papás o a los abuelitos... Poco a poco, ganamos en confianza y reímos cada vez más... Ahora toca ir a por la siguiente mágica y maravillosa aventura... ¿Nos acompañas?

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